Tras varias investigaciones sobre la materia, se comprobó que no ha quedado constancia de la tradición en cuanto a la vestimenta que existía en la época. Por ello, los indumentaristas se han basado en esos estudios previos y establecieron unas pautas de atuendo próximas a lo que en realidad pudieron haber sido y teniendo siempre en mente la austeridad del pueblo mirandés.
La indumentaria podría resumirse como sigue:
Cabeza o tocado:
Moño de picaporte, y también puede llevar pañuelo atado a la cabeza
Tronco:
Camisa de lino aunque más trabajadas que las de los hombres, con el cuello y puños bordados.
Chambra: de colores oscuros de seda o brochada. También se puede utilizar el jubón de colores oscuros de estameña o pardiña y para los días de fiesta de seda con sus mantillas y escotado mostrando la camisa burgalesa,
Cadera:
Saya o falda de paño, pardilla o estameña. Prioritariamente morada o negra;(aunque también podrían haber sido azules, negras, encarnadas, pardas...), sin adornos solamente ribeteada y a lo sumo con una tirana en la parte inferior, pero si la falda es morada con el ribete y la tirana en negro y si es negra al contrario.
Delantal; será negro amplio, adornado con bordados negros o adornos de costura como lorzas, vainicas, etc. con o sin bolsillo y atado con un lazo holgado atrás.
Puede llevar una faltriquera negra o morada en el costado derecho.
Delantal; será negro amplio, adornado con bordados negros o adornos de costura como lorzas, vainicas, etc. con o sin bolsillo y atado con un lazo holgado atrás.
Puede llevar una faltriquera negra o morada en el costado derecho.
Piernas:
Aderezos:
Medias a rayas o negras, y zapatos: abotinados negros.
Prendas de abrigo:
Pelerinas que aparecen a mediados del siglo XIX, o mantones de lana de calceta.
Pendientes de filigrana de plata, collares de coral combinados con plata y camafeos.
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