La
característica de este traje es que lleva dos faldas: la superior se encuentra
recogida en la parte de atrás dejando manifiestamente al aire la otra tobillera
de otro color. Pueden ser roja y verde o amarilla y roja o amarilla y verde, pudiendo llevar una tira negra ancha la que no va
recogida, y no lleva delantal.
En la
parte superior la hemos vestido con el corpiño sin mangas, y de un solo color,
armonizado con las faldas y cerrado con cordones, pero también se puede vestir
con jubón, generosamente escotado y puede ser de color marrón, malva, morado,
azul o negro y los agremanes de las solapas y puños en consonancia con el color
del jubón.
La
camisa de algodón blanco y adornado con simples collares de coral.
La
cabeza cubierta con pañuelo estampado y atado en un costado.
También
la hemos colocado el sombrero de paja colgado. ya que antiguamente se utilizaba cuando iban al campo para protegerse del sol.
Las medias pueden ser azules o negras.
El calzado puede ser zapatilla atada al tobillo con cintas negras cruzadas o zapato negro con tacón medio.
Las medias pueden ser azules o negras.
El calzado puede ser zapatilla atada al tobillo con cintas negras cruzadas o zapato negro con tacón medio.
Fotografia tomada en la exposición celebrada en el HOGAR BURGOS III GAMONAL
Combinación de falda verde y roja |
Foto tomada del tomo BURGOS, de la colección ESPAÑA, de D: Amador de los Ríos, 1888
OTRA TRADICIÓN BURGALESA: LA PASCUALA
El año comienza en Burgos con una de las tradiciones más arraigadas. Cada 1 de enero desde unas cuantas décadas, una peña de amigos conocida como “La Pascuala” entona un fragmento de la zarzuela “El Fresco de Goya”, una de las más populares en torno a 1920.
El año comienza en Burgos con una de las tradiciones más arraigadas. Cada 1 de enero desde unas cuantas décadas, una peña de amigos conocida como “La Pascuala” entona un fragmento de la zarzuela “El Fresco de Goya”, una de las más populares en torno a 1920.
Los integrantes la Peña 'La Pascuala' se reúnen el primero de enero para dar la bienvenida al nuevo año cantando. Varios burgaleses participan anualmente de una tradición que comenzó a gestarse en 1937, cuando un grupo de simpatizantes comenzó a cantar la conocida letra en el ya desaparecido bar Restaurante que a su nombre regía la Hija de Iturriaga al final de la C/ Santander o principios de la Avenida del Cid, según se vea; aquel local original después fue el Bar “Nervión” y en la actualidad lo ocupa una Caja de Ahorros por lo que cada uno de Enero “los pascuales” se siguen reuniendo, ahora en el Bar “Boston” del otro lado de la calle,
'La Pascuala' es el nombre con el que se conoce a un grupo de amigos que se reunía todos los mediodías en un céntrico bar de la capital para pasar un rato y "tomar el blanco". La tradición como hemos dicho anteriormente, empezó en 1937, cuando Buenaventura Gutiérrez, uno de los componentes de la tertulia, decidió llevar a su grupo de amigos la letra de 'La Pascuala', una canción que en aquella época se denominaba de 'género chico'.
Con el paso de los años, la idea se fue convirtiendo en un éxito y los socios decidieron cantarla de forma exclusiva el primer día de cada año a las 14 horas. De esta manera, se pretendía convocar además a los burgaleses para que se felicitaran de forma colectiva las fiestas navideñas
El ritual siempre es el mismo: alguien se sube en una silla, golpea una copa para requerir atención y después de una breve alocución nos invita a cantar; primero tarareamos, por dos veces, las primeras notas del Himno a Burgos para a continuación lanzarnos con La Pascuala que dice así su letra:
Es la Señora Pascuala,
una mujer que asusta,
por cualquier cosa se enfada
y nada le gusta.
A una mujer como esa.
yo nunca la conocí,
por eso al pobre marido,
le dicen así:
¡Daala, daala,
que es una cosa muy maala
¡daala, daala,
que hay que acabar de una vez,
“pa” que no sea soez,
La Pascuaala.
El otro día estando en misa,
le salto dos “envergüenzas”,
“y” al padre Cobisa,
todos los feligreses,
agrupados en montón,
al sacristán le gritaban
con indignación:
¡Daala, daala,
que es una cosa muy maala
¡daala, daala,
que hay que acabar de una vez,
“pa” que no sea soez,
La Pascuaala.
¡VIVA LA PASCUALA!
Como se ve, hoy en día la letra no sería “políticamente correcta”, sin embargo, en aras de la tradición tanto mujeres como hombres lo cantan en tono festivo sin tener en cuenta mas consideraciones.
'La Pascuala' es el nombre con el que se conoce a un grupo de amigos que se reunía todos los mediodías en un céntrico bar de la capital para pasar un rato y "tomar el blanco". La tradición como hemos dicho anteriormente, empezó en 1937, cuando Buenaventura Gutiérrez, uno de los componentes de la tertulia, decidió llevar a su grupo de amigos la letra de 'La Pascuala', una canción que en aquella época se denominaba de 'género chico'.
Con el paso de los años, la idea se fue convirtiendo en un éxito y los socios decidieron cantarla de forma exclusiva el primer día de cada año a las 14 horas. De esta manera, se pretendía convocar además a los burgaleses para que se felicitaran de forma colectiva las fiestas navideñas
El ritual siempre es el mismo: alguien se sube en una silla, golpea una copa para requerir atención y después de una breve alocución nos invita a cantar; primero tarareamos, por dos veces, las primeras notas del Himno a Burgos para a continuación lanzarnos con La Pascuala que dice así su letra:
Es la Señora Pascuala,
una mujer que asusta,
por cualquier cosa se enfada
y nada le gusta.
A una mujer como esa.
yo nunca la conocí,
por eso al pobre marido,
le dicen así:
¡Daala, daala,
que es una cosa muy maala
¡daala, daala,
que hay que acabar de una vez,
“pa” que no sea soez,
La Pascuaala.
El otro día estando en misa,
le salto dos “envergüenzas”,
“y” al padre Cobisa,
todos los feligreses,
agrupados en montón,
al sacristán le gritaban
con indignación:
¡Daala, daala,
que es una cosa muy maala
¡daala, daala,
que hay que acabar de una vez,
“pa” que no sea soez,
La Pascuaala.
¡VIVA LA PASCUALA!
Como se ve, hoy en día la letra no sería “políticamente correcta”, sin embargo, en aras de la tradición tanto mujeres como hombres lo cantan en tono festivo sin tener en cuenta mas consideraciones.
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