El hombre también recarga su vestimenta, llegando incluso a utilizar pañuelos de ramos como ceñidores y mantoncillos de seda como pañuelos de cuello. Cubre su cabeza con el amplio sombrero de rueda, también denominado pararrayos, cuya utilización se extiende por el ancho de tierra de Aranda
Podemos observar que cubre sus calzas con las polainas, piezas de fino pañete que además de adornar, protegen las pernas y las abrigan.
Existen algunas variantes, en las diversas zonas de toda la Ribera del Duero, pero todos llevan el sello de la riqueza de las tierras, dadas por sus conocidos vinos de fama en toda España, así como por ser lugar de paso obligado entre el centro y el Norte de la Península, pero las características generales son las siguientes:
CABEZA: Sombrero redondo de ala; pañuelos puestos unos a la manera peculiar de los aragoneses y otros con las puntas colgando por detrás.
TRONCO: Recias camisas de lino, hiladas en casa. Chaquetas de paño, negro pardo o colores oscuros cortas, pueden llevar las puntas redondeadas, y adornos de pasamanería en solapas y delanteros.
Faja negra o de color oscuro y bordada con los adornos de los mantones de manila.
CADERAS: Pantalón de calzón corto, de pana negro, con botones metálicos o borlas.
PIERNAS; Medias blancas o negras, con alpargatas o zapatos de recio cuero y también puede llevar polainas.
Como prenda de abrigo no puede olvidar la capa castellana
Me gustan mucho los trajes tradicionales, el burgalés no lo conocía ni sabía que tenía tantas variantes.
ResponderEliminarQué chulada el traje y en general el folclore burgalés. Un blog muy interesante.
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